“La vida de calle es muy dura. En primer lugar uno no tiene dónde reposar. Dormía en las veredas, quemando llantas para calentarme”, cuenta Patricio Salazar, quien desde niño vivió en las calles y tuvo problemas de adicción a las drogas. Hoy en día, tras asistir y ser usuario del Centro de tratamiento de Adicciones, de la Unidad Patronato Municipal San José (UPMSJ), está rehabilitado y “feliz”.
Con el Proyecto de Atención a Personas Habitantes de Calle y Adicciones, se atiende a personas entre 18 y 75 años de edad, que viven indigencia, mendicidad, explotación económica o laboral, adicciones, exclusión social, abandono, trabajo infantil, alteraciones en su salud física y/o mental, discapacidad y movilidad humana en el Distrito Metropolitano de Quito.
Esta labor se realiza mediante procesos de abordaje, intervención integral y sensibilización, con el propósito de mejorar su calidad de vida. Desde marzo hasta el 23 de noviembre de este año, se han realizado 3.596 abordajes y 14.022 sensibilizaciones.
Elba Gómez, jefa de Otras Temáticas de la UPMSJ, indica que para esto se utiliza la metodología de la reducción del daño. “Esto quiere decir que a través de un equipo técnico lo que se intenta es re-educar, re-dirigir y brindar servicios que permitan disminuir la callejización y el consumo de sustancias psicoactivas”, explica.
Para ello, las brigadas del proyecto acuden todos los días a los lugares más emblemáticos del Distrito Metropolitano de Quito para abordar a las personas y ofrecerles los servicios del Patronato. “La persona que es remitida desde habitantes de calle es evaluada para constatar la voluntariedad que tiene de ingresar al proceso terapéutico”, explica Romel Artieda, coordinador de Adicciones de la UPMSJ.
Además, debido a la pandemia por Covid-19, se implementó un albergue temporal junto a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que se sumó a los albergues de Casa de la Niñez 1 y Casa del Hermano, en los que se ha atendido a 114 personas. “Posteriormente se generó un comedor inclusivo que atiende de 11:00 a 14:00 y se implementó también un espacio de alojamiento nocturno”, señala Karola Pazmiño, coordinadora de Habitantes de Calle.
En estos centros las personas reciben comida y una cama abrigada para dormir durante la noche. En alojamiento nocturno se han realizado 1.114 atenciones, mientras que en el comedor inclusivo se ha brindado 2.286 atenciones.