“Gran sol, tu traes vida y calor/ sembraremos la tierra, cuidaremos tus hijos”. La voz de pequeños, en kichwa y al ritmo de una guitarra, se elevó para cuidar el planeta y empezar el huerto del Centro de Erradicación Infantil (CETI) Hogar de Paz, en el sector El Tejar, en la zona patrimonial de Quito.
En el lugar, la mañana de este miércoles, 6 de julio de 2022, danzas tradicionales y los cánticos de niñas y niños acompañaron el inicio de una etapa para aprender, además de a cuidar la naturaleza, sobre la importancia de alimentarse saludablemente.
50 niños y niñas, junto a Mónica Delgado, presidenta de la Unidad Patronato Municipal San José (UPMSJ), y Rogelio Echeverría, director de la institución, plantaron verduras y hortalizas, con un mural colorido de fondo. Las autoridades compartieron una mañana de conocimiento, baile y, claro, de ilusión por la futura cosecha.




Micaela, una de las beneficiarias del CETI, dio la bienvenida en lenguaje de señas. Scarlet, otra pequeña que asiste al establecimiento municipal, se encargó de interpretar el mensaje de su compañera. William, en cambio, fue el encargado de explicar algunos datos sobre la alimentación saludable, como que es vital para el buen funcionamiento del organismo. Ian, por su parte, compartió consejos para conservar los alimentos en recipientes elaborados con material reciclado.
Los cuatro pequeños son parte de los alrededor de 150 usuarios y usuarias que, diariamente, asisten al Hogar de Paz. Como el ciclo escolar en la Sierra terminó, las actividades vacacionales están listas y se encuentran abiertas las inscripciones. Todo es gratuito.
En el espacio, los menores reciben alimentación, actividades lúdicas, acompañamiento académico, talleres de arte, manualidades y mucho más. Está dirigido para personas de escasos recursos y en situación de vulnerabilidad.
Lorena, de 10 años, por ejemplo, es parte de los servicios del Patronato desde hace 3. Ella, su madre y sus dos hermanos llegaron desde Venezuela. La niña recordó que los técnicos de la institución se acercaron mientras ella acompañaba a su progenitora cuando vendía dulces, en el sector del bulevar 24 de Mayo, en el Centro de la urbe.
La madre trabaja en dos lugares y dos de sus tres hijos, en las tardes, luego de la escuela, acudían al Hogar. Ya en vacaciones, van a las 08:00. En el sitio cuentan con nueve educadores especializados.
Angelina, de 12 años, también es parte del CETI de El Tejar. Ella cuenta con el apoyo de los profesionales desde que tenía 3. Del mismo modo, dos de sus hermanos acuden al espacio. Sus padres son comerciantes autónomos y recorren las calles del Centro Histórico. La familia vive en el barrio El Placer. Angelina ya va a octavo año de educación básica y tiene el sueño de ingresar a las filas militares.
Los servicios son un apoyo no solo para alejar a los niños y niñas de las calles, sino para que progenitoras como Marcela, de 28 años, puedan trabajar con la certeza de que sus retoños estén en un espacio seguro. En las calles, “no viven su infancia”, comentó la mujer, cuyas tres niñas son parte del programa de Erradicación del Trabajo Infantil.
Ella, hija de comerciantes, vivió en carne propia esa realidad y vendía artículos en las calles. Quiere un panorama distinto para sus hijas. En la época escolar, las pequeñas asisten de 12:15 a 16:00.
Mientras Angelina contaba sobre su sueño de ser parte de las fuerzas del orden, el huerto se sigue ampliando junto a las autoridades del Patronato. A unos pasos, un grupo de pequeños bailaba con trajes de comunidades indígenas de la Sierra ecuatoriana. A paso seguido, la Presidenta y el Director les entregaron alimentos saludables para que consuman en el CETI y compartan con las familias.
En Quito, la UPMSJ impulsa cinco CETI: Hogar de Paz, Carollo, Chiriyacu, Mayorista y La Mariscal. En este último, la comunidad cuenta con servicio nocturno (capacidad para 30 menores), de 18:00 a 03:00, así como transporte. Del mismo modo, se encuentran habilitados los Puntos de Erradicación del Trabajo Infantil (PETI).
En los lugares atienden a unas 380 personas. En los vacacionales se prevé llegar a unas 580. Solo se requiere la cédula de identidad, llenar una ficha y que las niñas y niños tengan entre 4 y 12 años.